En 1992, Ford reveló un prototipo intrigante que presagiaba el nombre de un modelo compacto que eventualmente transformaría el mercado. Este prototipo, conocido como el Ford Focus, es una fascinante muestra de cómo la marca imaginó el futuro del diseño automotriz.
Según informó la reconocida web Motor1.com, se trata de un prototipo del Ford Focus que presentaba una carrocería con formas poco convencionales. Diseñado por Taru Lahti, el vehículo destacaba por sus curvas y superficies suaves, una elección estética que reflejaba su inspiración en la anatomía humana. Lahti, conocido por su creatividad, diseñó un carro que desafiaba las normas del diseño de la época con un enfoque fluido y escultórico.
Este enfoque innovador no pasó desapercibido en el mundo del diseño automotriz. Incluso, Giorgetto Giugiaro, uno de los maestros del diseño de automóviles, quedó tan impresionado al ver el prototipo en el salón del automóvil de ese año que exclamó:
Esto no es un coche, es una obra de arte”, expresó.
El motor de este carro experimental no desentonaba en capacidades, gracias a su capacidad de 2.0 litros y 227 caballos de fuerza. Si bien este motor no llegó a la versión de producción, indicaba claramente la ambición de Ford en términos de desempeño y tecnología.
El nombre "Focus" no solo representaba al prototipo, sino que se convirtió en un elemento clave en la estrategia de Ford. Al lanzar el modelo de producción, la marca honró la visión del prototipo con un vehículo que combinaba un diseño innovador con tecnología avanzada y un rendimiento competitivo. No solamente capturó la esencia del prototipo de 1992, sino que también marcó el inicio de una nueva era para los carros compactos.
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